Oct 24, 2013 nutyvida Alimentos y salud, Crónica, Salud pública Comentarios desactivados en Ley sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad
Entre los años 2011 y 2012 el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, INTA , de la Universidad de Chile, realizó dos estudios para el Ministerio de Salud (MINSAL) tendientes a ayudar en la implementación de la Ley Nº 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad. El primero revisó la información existente y desarrolló un modelo en base al cual se propusieron los puntos de corte que fijarían los límites más altos de contenido de energía (calorías) y “nutrientes críticos” definidos por esta secretaría de Estado (azúcares totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio). El segundo, evaluó la mejor opción para los mensajes de advertencia, que deberán aparecer en la cara frontal de los productos elaborados para informar al consumidor que ese producto contiene exceso de uno o más de los nutrientes críticos previamente mencionados. Aunque la Ley aún continúa en fase de evaluación de cómo se implementará, no cabe duda que representa una medida de impacto nacional para enfrentar la obesidad y las enfermedades no transmisibles que conlleva. Asimismo, ha sido una muestra del liderazgo del INTA en investigación académica orientada a un problema de salud pública.
La Encuesta Nacional de Salud (ENS 2010-2011:42 problemas de salud no transmisibles, transmisibles y factores de riesgo) puso de manifiesto que un 67% de la población chilena, es decir, casi 9 millones de personas, posee algún grado de sobrepeso u obesidad, siendo una de sus principales causas, la ingesta excesiva de alimentos de alto aporte calórico y sodio, y la falta de actividad física. Esta alarmante cifra va asociada a otros problemas de salud que van en crecimiento, como son las enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y cáncer.
Entre los alimentos de alto aporte calórico se encuentran aquellos que contienen altas cantidades de azúcares y grasas totales, en especial grasas saturadas y trans, que al ser consumidos en abundancia, contribuyen al aumento de peso y al desarrollo de enfermedades asociadas. En el caso de la grasa, el alto consumo de alimentos con grasas saturadas y trans se relaciona con patologías como sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Las grasas saturadas provienen en su mayoría de alimentos derivados de animales como las carnes, cremas, quesos, leche entera, cecinas, embutidos, entre otros. Las grasas “trans”, por su parte, se encuentran en alimentos derivados de animales y también se producen al someter los aceites vegetales a un procesamiento llamado hidrogenación para solidificarlo y aumentar su vida útil. Un buen ejemplo de ellas son las margarinas.
Respecto a los azúcares, existen los llamados “simples”, conocidos como el azúcar “normal” (sacarosa), glucosa y fructosa. Éstos nos entregan energía de rápida absorción, pero su consumo en exceso se relaciona con aumento de peso.
El sodio es el componente principal de la sal de mesa y está presente en la mayoría de los alimentos procesados que consumimos habitualmente. Su consumo superior a una ingesta normal está relacionado con alzas de presión arterial y accidentes cerebrovasculares. Cabe mencionar que los chilenos consumimos alrededor de 10 gramos de sal al día. Si consideramos la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es de 5 gramos diarios, podemos decir que la población está expuesta a un gran riesgo de salud.
Una Ley para advertir sobre el riesgo del consumo de alimentos altos en calorías, sodio, azúcares y grasas
La Ley N° 20.606 de composición nutricional de los alimentos y su publicidad, publicada el 6 de julio del 2012, mandata al Ministerio de Salud para que, a través del Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA), establezca una alerta a la población de la presencia de nutrientes críticos (alto porcentaje de calorías, sodio, grasas saturadas y azúcares) en los alimentos. Ello, a través de la definición de los límites de nutrientes críticos que deben contener los productos envasados así como un mensaje de advertencia cuando un producto sobrepase este límite.
Cabe recordar que esta iniciativa legal tuvo su origen en una moción de los senadores Guido Girardi, Evelyn Matthei, Carlos Kuschel, Carlos Ominami y Mariano Ruiz-Esquide presentada el 21 de marzo del 2007 como Proyecto de Ley sobre Regulación de Alimentos poco Saludables. Si bien la vigencia de esta ley comenzará en julio de este año, su aplicación se efectuará a comienzos del año 2014, debido a que el MINSAL concedió recientemente seis meses adicionales a la industria para adaptarse a las nuevas restricciones y a las formas de presentación que deberá cumplir el envasado. Esta prórroga se justificó ante los acuerdos del Codex Alimentarius que señalan que cuando se impone un cambio, tiene que existir un tiempo (los seis meses) para que la industria se adapte a la rotulación. Según señaló en su oportunidad el Ministro de Salud, Jaime Mañalich, este plazo adicional evita una posible queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que exponga la norma a reclamos judiciales.
El MINSAL encargó al INTA de la Universidad de Chile elaborar una propuesta, a partir de la cual se adoptarían los principios básicos del citado reglamento. En noviembre de 2011, esta unidad académica presentó un informe que generó más de una crítica, especialmente de la industria de alimentos y de los consumidores.
En julio de 2012, el INTA realizó un simposio donde presentó y revisó en detalle la metodología utilizada en el estudio “Propuesta de criterios y recomendación de límites máximos de nutrientes críticos para la implementación de la Ley 20.606”. Éste fue elaborado por los académicos Isabel Zacarías, Gloria Vera, Sonia Olivares, Saturnino de Pablo, Marcela Reyes, Lorena Rodríguez, además de Ricardo Uuay y Magdalena Araya—ésta última, Directora del Instituto. La primera salvedad que se hizo fue que el estudio “no determina cuál debe ser el punto de corte para rotular los alimentos, sino que proporciona elementos para su definición”, haciéndose énfasis en que es el Ministerio el que debe analizar las recomendaciones y decidir finalmente los parámetros.
La profesora Isabel Zacarías, explicó en el encuentro que la solicitud del MINSAL fue establecer la cantidad máxima de calorías, sodio, azúcares y grasas saturadas para colocar el mensaje de advertencia. Éste corresponde a un mensaje nutricional, fundamentado en un valor de referencia diario para el nutriente en estudio. Los límites son expresados por porción de consumo habitual.
Para ello, el INTA realizó una revisión de los valores de referencia propuestos por el Codex Alimentarius y otros organismos internacionales y la actual reglamentación nacional. A su vez, propone valores de referencia para ser utilizados en el etiquetado nutricional en Chile.
En función de ello se determinó un límite general aplicable a todas las categorías de los productos que se eligieron como muestra, y un límite específico para casos particulares.
Se elaboró un resumen con los límites generales y específicos propuestos por el INTA para cada nutriente crítico, utilizando los criterios señalados (Ver Tabla 1). Una vez definidos estos límites, se aplicaron a algunas categorías de los alimentos que se comercializan envasados, utilizando la información nutricional declarada en el rótulo. Los alimentos evaluados que no presentaron niveles altos de nutrientes críticos fueron: leche natural, quesillo y yogurt sin azúcar.
Comunicar con mensajes de alerta
De modo de maximizar el impacto que pueda tener la implementación del etiquetado en los alimentos, el MINSAL solicitó posterior al estudio de límites de nutrientes, un estudio de evaluación de mensajes de advertencia en el rotulado alimentario. Nuevamente, la secretaría de Estado recurrió al INTA para efectuar el estudio, el cual fue realizado por los investigadores Claudio Aqueveque, de la Universidad Adolfo Ibáñez; Camila Corvalán; María Luisa Garmendia; Sonia Olivares, Marcela Reyes e Isabel Zacarías. Además, participaron como colaboradoras Marizza Espinoza, Carmen Gloria González, Patricia Medrano, Laura Prieto, Luciano Rivero y Elisa Villalobos.
El informe del INTA, denominado “Estudio sobre evaluación de mensajes de advertencia de nutrientes críticos en el rotulado de alimentos”, señala como objetivo general “diseñar y evaluar mensajes de advertencia de presencia de nutrientes críticos en el rotulado alimentario que sean visibles, fácilmente comprensibles y que orienten hacia una alimentación saludable de la población”. Utilizando una metodología que constó de dos fases (la primera, levantamiento de información y estudios cualitativos; y la segunda, evaluación de mensajes a través de técnicas cuantitativas), se efectuó una selección de prototipos de mensajes de advertencia, escogiéndose aquel que tuvo la mejor evaluación con respecto a su visualización, comprensión e intención de compra.
A través de la combinación de técnicas de investigación (revisión de la literatura, discusiones grupales, panel de experto, análisis cuantitativos) y el trabajo de los diseñadores se obtuvo una propuesta final de mensaje de advertencia a ser utilizado para indicar la presencia de niveles elevados de uno o más nutrientes críticos en el rotulado de alimentos en el país.
Según el informe, “los análisis mostraron que el mejor desempeño en notoriedad, comprensión, percepción, intención de conducta e intención de compra semanal, aún ajustando por nivel educacional, lo obtuvo el prototipo con el disco pare con el mensaje “exceso de azúcar”.
Una ley promisoria que requiere educación y evaluación
El informe del INTA señala que según la evidencia, “para maximizar el efecto de la aplicación de mensajes de advertencia, éstos deben ser instalados en conjunto con una campaña educacional, ojalá permanente en el tiempo. Nuestros resultados sugieren que esta campaña debe considerar en forma especial a los jóvenes y apuntar a clarificar el contenido del mensaje de modo de maximizar los resultados, pero también evitar la aparición de conductas no deseadas”.
El estudio reflejó que la evidencia en relación a la efectividad de la aplicación de este tipo de mensajes en el rotulado alimentario es prácticamente inexistente: “la revisión de la literatura reveló que no existen ejemplos de implementación de mensajes de advertencia nutricionales a gran escala exceptuando Finlandia; la gran mayoría de los ejemplos de advertencias nutricionales provienen de campañas específicas conducidas por organismos sin fines de lucro. La información con respecto a aspectos que aumentan la efectividad de los mensajes de advertencia proviene principalmente del área de teoría del comportamiento y de la experiencia en salud en el caso del tabaco y alcohol”, indica el documento del INTA.
Según el mismo, teóricamente se sugiere que los beneficios serían importantes y podrían provenir “de la reformulación de productos de parte de la industria, de la mejora en el consumo alimentario de la población y de la mayor educación y alerta poblacional en temas nutricionales y de salud”.
Por este motivo, el estudio concluye que “resulta clave que la implementación de los mensajes de advertencia en el rotulado de alimentos nacional se realice con un diseño que considere desde un inicio su evaluación; esta evaluación no solo permitirá medir el impacto final de esta medida, sino que permitirá refinar aspectos de contenido, diseño e implementación que maximicen el impacto positivo de la Ley de rotulado alimentario”.
Consulta del reglamento
En enero de 2013, el MINSAL, representado por el subsecretario Dr. Jorge Díaz, acompañado por la Directora del INTA, Dra. Magdalena Araya, dieron a conocer a la opinión pública la Propuesta de los límites para establecer el mensaje de advertencia y su ícono. Documento, que sometió a consulta pública por un período de 60 días.
En este período, el Ministerio se aprontaba a recoger los comentarios y críticas para elaborar la versión final del reglamento, que definirá qué alimentos industriales (envasados) son saludables y cuáles no.
Uno de los aspectos del documento hace referencia a las porciones: define los límites en 200 calorías por porción, 300 mg por porción de sodio, 18 gramos por porción de azúcares totales, y 3 gramos por porción de grasas saturadas. De acuerdo a ello, un 18% de la oferta de alimentos envasados serían considerados Altos en alguno de los nutrientes críticos, cifra que ha sido considerada baja por expertos nutricionales y representantes de los consumidores.
Cabe destacar, que la propuesta sometida a consulta pública acepta la mayoría de los límites propuestos por el INTA en la Tabla de Nutrientes Críticos (Ver Tabla 1). Al comparar esta tabla con la del documento en consulta, se observa que los límites generales quedaron en las mismas cifras. En cuanto a los límites específicos hubo algunas variaciones, que en algunos casos fueron más restrictivas y en otros casos, más permisivas. Por ejemplo, en las hamburguesas, el límite de sodio propuesto por el INTA era de 300 mg/porción, mientras que la propuesta del Ministerio es de 460 mg/porción. En el caso de los cereales para el desayuno, los azúcares totales propuestos por el INTA eran 10 g/porción. Los sugeridos por el Ministerio, son 8 g/porción. Asimismo, plantea un modelo de diseño que debería introducirse en los envoltorios. Así propone ubicar un octágono en la cara principal del producto en el ángulo superior derecho en color rojo o negro que diga Alto en: (sodio, grasa saturada, azúcares, calorías), de acuerdo a lo que corresponda o citar más de una categoría en caso de ser necesario. El icono debe ocupar no menos del 20% de la cara principal de cada envase.
La ley como oportunidad
El mensaje de aliento para todos aquellos involucrados en este importante cambio en la elaboración de los productos es lo que señala uno de los informes del INTA: “Chile está tomando una posición de liderazgo mundial frente al combate de la obesidad y de sus enfermedades asociadas. Hoy tenemos una oportunidad única de evaluar esta medida y demostrar el impacto que puede tener en mejorar nosolo la expectativa, sino también la calidad de vida de las generaciones futuras”.
Sin duda, que también ha sido una oportunidad para demostrar la importancia que nuestro Instituto tiene para el país, en la solución de problemas de política pública en salud.
Modificaciones que sugiere el INTA al Reglamento
El INTA participó en la etapa de consultas propuestas por el MINSAL. A través de una declaración pública hizo ver que si bien la propuesta de reglamento recoge conceptos presentados por este Instituto en sendos estudios, mantiene ciertos fundamentos en los cuales el Instituto no concuerda.
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