Ya que pasamos más de la mitad de nuestras horas de vigilia en el trabajo, la alimentación durante este tiempo es fundamental. Generar hábitos saludables al momento de comer en nuestro espacio laboral son determinantes, pues se podrían alcanzar grandes beneficios tanto para nosotros, como para la institución en donde nos desempeñamos.
Por María José Cuadra, Paula Núñez y Natalia Parraguez, Nutricionistas, Asistencia Técnica INTA, Universidad de ChileChile tiene una de las jornadas laborales más extensas y es el segundo país con mayor obesidad entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Encuesta Nacional de Salud del año 2017 fue lapidaria en sus resultados, 74,2% de los adultos chilenos tiene sobrepeso u obesidad, 12,3% es diabético y 27,6% sufre de hipertensión. El sedentarismo alcanza cifras del 86,7% y el cumplimiento de la recomendación de consumo para frutas y verduras llega solo al 15%.Una alimentación adecuada impacta en la calidad de vida del individuo siendo fundamental para que éste pueda desarrollarse en todos sus ámbitos de manera óptima. En el caso del mundo laboral, el efecto de una alimentación saludable es muy positivo, ya que influye en la productividad, compromiso y eficiencia del trabajador más, a pesar de ello, a menudo es ignorada en el contexto de los derechos del trabajo, siendo un tema poco intervenido o al que no se le da importancia.La relevancia de una alimentación adecuada en el trabajoAl tomar en consideración que el espacio de trabajo es donde se pasa más de la mitad de las horas de vigilia diarias, podemos comprender como éste pasa a ser determinante en la alimentación, siendo una instancia donde se pueden generar intervenciones y motivar cambios que mejoren la salud de los trabajadores.La evidencia es clara respecto de la relación entre una dieta poco saludable y el mayor riesgo de obesidad y de sufrir enfermedades crónicas como afecciones cardíacas, diabetes o cáncer. La publicación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “Food at Work. Workplace solutions for malnutrition, obesity and chronic diseases” (Alimentación en el trabajo. Soluciones en el lugar de trabajo para la desnutrición, la obesidad y las enfermedades crónicas), demuestra que las inversiones en alimentación se recuperan porque se genera una reducción de los días de enfermedad y de los accidentes laborales y por un aumento de la productividad. El empresario que promueva hábitos alimentarios más saludables, tendrá menos ausentismo laboral y una moral más alta de los trabajadores, reducción de costos de seguros, mayor productividad y mayor satisfacción en el trabajo, lo que contribuye a mejorar la imagen de la empresa y su reputación.Los costos económicos asociados a la obesidad y a las enfermedades crónicas, no afectan solo al individuo, sino también al Estado; un reciente estudio en Chile estima los costos asociados a la obesidad en un 3 a 6% del gasto total en salud y a un 0,2% del PIB. Igualmente, generan un costo en el mundo laboral por ausentismo, licencias médicas y eficiencia laboral, afectando negativamente la productividad de la empresa.Chile ha identificado claramente la seguridad y la salud como una de sus prioridades, sin embargo, un estudio de la OIT en empresas chilenas demostró que los trabajadores chilenos no almuerzan regularmente, lo que genera molestias físicas y psicológicas (fatiga, dolor de cabeza, desconcentración, irritabilidad, etc.) y, probablemente, afecta la productividad laboral. El 17% de los trabajadores menores de 30 años ya presenta alguna patología crónica asociada a la alimentación, proporción que se duplica en los mayores de 40 años. La mayoría de los trabajadores desea disponer de las condiciones y el tiempo necesarios para recibir una alimentación saludable durante la jornada laboral. Salud y Calidad de Vida en el mundo laboralEn este marco, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile en su compromiso con la salud de los chilenos crea el Programa de Salud y Calidad de Vida Laboral, un modelo de intervención en bienestar y alimentación con un enfoque integral que pretende mejorar la calidad de vida, alimentación y nutrición de los trabajadores.El programa se lleva a cabo en tres fases; diagnóstico, intervención y evaluación. Con el diagnóstico se logra conocer la cultura alimentaria de la empresa, los facilitadores, así como las amenazas y barreras para realizar cambios de hábitos, junto con una descripción de la realidad nutricional de los trabajadores y parámetros de salud como actividad física, sueño, estrés, consumo de tabaco y alcohol.Con esta información se diseña la intervención, la cual considera múltiples actividades que tienen por objeto facilitar el cambio de hábitos hacia conductas saludables. Esto se acompaña con estrategias educacionales y de comunicación para abarcar a toda la empresa, incluso en lugares remotos. Finalmente, se realiza la evaluación para determinar el cumplimiento de los objetivos del programa, además de evaluar el impacto global del mismo en la organización y en el equipo de trabajo.Este programa lleva más de 9 años contribuyendo a mejorar la calidad de vida y las condiciones alimentarias de los trabajadores chilenos. En este tiempo, hemos tenido excelentes resultados en indicadores tales como el aumento de la ingesta de verduras, frutas, legumbres y pescados, así como la disminución en el consumo de bebidas azucaradas, golosinas dulces y saladas, pan, entre otros. Además de progresos en la percepción de salud, trabajo y familia, junto con mejoras en el nivel de actividad física y disminución de la grasa corporal de los colaboradores.La acogida por parte de los trabajadores ha sido mejor de lo esperada, suelen mostrarse muy motivados y con un alto nivel de compromiso por las actividades realizadas ya que comprenden que se traduce en beneficios y mejoras en su salud y a la vez se evidencia un mayor sentido de compromiso y pertenencia con la empresa, por gestionar y permitir que estas instancias estén a su disposición. Somos testigos de los beneficios de implementar intervenciones en salud en el espacio laboral y como éstas generan un clima de bienestar, autocuidado, respeto y compromiso.Velar y contribuir en la salud de los trabajadores chilenos seguirá siendo la tarea de este programa. El desafío actual es demostrar a las personas encargadas que la salud de sus trabajadores es un tema primordial en su gestión y motivar a más organizaciones a hacerse responsables del bienestar de sus colaboradores.