Además de las terapias convencionales como la actividad física y dieta saludables para contrarrestar la obesidad, se están investigando componentes bioactivos en los alimentos que podrían ser potenciales terapias complementarias, uno de estos es el calafate, fruto nativo de América que tiene características antiinflamatorias y antioxidantes.

Amanda Ramírez Araya, Nutrcionista y MSc(c) Nutrición y Alimentos, Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, INTA, Universidad de Chile

Javier Quezada Alegría, Bioquímico, Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, Universidad de Chile

El desequilibrio energético entre la ingesta y el gasto de energía es la principal causa de la obesidad. El tejido adiposo blanco que es el órgano que almacena grasas por excelencia, responde a la ingesta excesiva de nutrientes a través del incremento del tamaño y número de los adipocitos, lo que le permite un mayor almacenamiento de ácidos grasos. Sin embargo, la existencia de otro tipo de tejido adiposo que se presenta en adultos está siendo investigado como posible blanco de tratamiento para la obesidad: el tejido adiposo pardo, el cual, se encuentra en menor cantidad que el tejido adiposo blanco, y en sitios anatómicos restringidos.

El tejido adiposo pardo tiene como función mantener la temperatura corporal a través de la producción de calor, mediante un proceso conocido como termogénesis. Los adipocitos pardos presentan numerosas mitocondrias, que se caracterizan por expresar la proteína desacoplante 1 (UCP1), descrita como la principal responsable de la termogénesis, permitiendo que los adipocitos pardos puedan oxidar rápidamente sus propias reservas de grasa, produciendo calor y aumentando la tasa metabólica basal del organismo. Su  función es crucial, pues se ha reportado que la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 se asocian con una menor masa de tejido adiposo pardo en humanos, y una función mitocondrial comprometida.

En los últimos años, la obesidad se ha posicionado como uno de los desafíos de salud más importantes a nivel mundial, evidenciando como las terapias convencionales (actividad física y dieta) no han del sido del todo exitosas en la prevención y el tratamiento de esta patología. En este escenario se han propuestos diferentes componentes bioactivos de los alimentos con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, cardioprotectoras y/o antidiabéticas, que podrían ser considerados como potenciales terapias complementarias. Conocida es la actividad de los polifenoles sobre el metabolismo energético celular, atribuyéndoseles características antiobesogénicas y protermogénicas. Estos fitoquímicos son metabolitos secundarios de las plantas, producidos como defensa frente a diferentes tipos de estrés.

El calafate bajo estudio

Actualmente, un fruto nativo chileno con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias ha captado la atención. Dicho fruto es el calafate (Berberis microphylla), proveniente de un arbusto espinoso del mismo nombre, endémico de la Patagonia chilena y argentina, que se caracteriza por su elevado contenido de polifenoles, particularmente antocianinas. En el Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, estamos investigando el efecto de un extracto purificado y caracterizado de calafate rico en polifenoles como tratamiento para la obesidad inducida por una dieta alta en grasas en un modelo animal. El blanco potencial de este tipo de tratamiento sería el tejido adiposo pardo, a través de inducir la termogénesis y mejorar la función mitocondrial. Nuestros resultados evidencian que aquellos animales obesos tratados con extracto de calafate tienen una menor ganancia de peso corporal que los animales obesos sin tratamiento, lo cual se respalda con la presencia de un mayor gasto energético basal de los animales tratados con calafate, y un efecto a nivel de la oxidación de grasas, presentando un cociente respiratorio más bajo. Adicionalmente, el extracto de calafate aumentó la masa de tejido adiposo pardo en los ratones tratados.

Simultáneamente, estamos realizando experimentos para conocer la función de la mitocondria, su morfología y también determinando la expresión génica de marcadores claves de la termogénesis. Adicionalmente realizaremos inmunofluorescencia en este tejido, con el propósito de medir la presencia de proteínas claves en la fragmentación y elongación de la mitocondria, responsable de suministrar la energía a las células. Finalmente, mediremos la respiración mitocondrial del tejido adiposo pardo a través de oxigrafía. De esta forma, encontrar una matriz alimentaria rica en agentes inductores de la termogénesis, a través de una mayor actividad y/o masa de tejido adiposo pardo, podría considerarse como una estrategia de tratamiento complementaria muy interesante para la obesidad. Esta investigación ha sido realizada gracias al Fondecyt Regular n°1171550 del Dr. Diego García, del Departamento de Nutrición.

¿Qué sabemos sobre los frutos nativos americanos?

Una preocupación que nos concierne a todos los profesionales de la salud es el bajo consumo de frutas en Chile. La última Encuesta Nacional de la Salud (ENS 2016-2017) reveló que solo el 15% de la población chilena consume diariamente al menos 5 frutas y verduras. Durante esta investigación con el calafate, fue posible evidenciar que existe un desconocimiento de los beneficios de los frutos nativos chilenos y de la región de América en la salud, que se refleja tanto en la comunidad como en los profesionales de la salud. Es por ello que recientemente realizamos el primer Simposio FRUNAM: Beneficios Saludables de los Frutos Nativos Americanos, en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA).

El Simposio FRUNAM reunió ocho destacados científicos nacionales e internacionales que difundieron entre los asistentes sus investigaciones más recientes en frutos nativos. El Dr. André Vasconcelos de la Universidad  Federal do Espírito Santo, Brasil dio a conocer las propiedades de la jaboticaba (Myrciaria cauliflora), la jussara (Euterpe edulis) y el jambolão (Syzygium cumini). La Dra. Ana Laura de la Garza de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México expuso los beneficios de la naranja dulce (Citrus sinensis). En Chile los científicos Dr. Hernan Speisky, Dr. Omar Porras, Dr. Diego García, Ignacio Jofré, Carlos Cespedes y Guillermo Schmeda difundieron sus estudios sobre los compuestos bioactivos de frutos chilenos como el maqui (Aristotelia chilensis), la murtilla ((Ugni molinae), y el calafate, entre otros. Generando nuevas oportunidades de conexión entre investigadores, y nuevos campos de intercambio estudiantil. La valorización de los frutos nativos también evidencia la importancia de la innovación en el sector agroalimentario, por lo cual se extendió la invitación a representantes de empresas para diversificar el desarrollo de alimentos saludables. Este proyecto estuvo enmarcado en los fondos concursables del “Programa de estímulo para proyectos académicos de estudiantes de postgrado» del Departamento de Postgrado y Postítulo, de la Universidad de Chile.

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