Los individuos afectados por obesidad tienen entre un 30% y 80% más de riesgo de padecer enfermedades renales (ERC), así lo afirma el Comité de Nutrición de la Sociedad de Nefrología de Chile, institución que además asegura que la obesidad en los niños se asocia con una progresión más rápida de esta patología.
Por Valeria Aicardi, Nutricionista Renal, Magíster en Nutrición Humana, Unidad de diálisis Clínica INDISA , Alemana y Padre Hurtado
Llevar hábitos de vida saludables y reducir el exceso de peso disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades renales (ERC), ya que el tejido adiposo, es decir la grasa, libera sustancias que favorecen la inflamación y el estrés oxidativo.
Como consecuencia, la obesidad produce resistencia a la insulina, activación de los ejes que contraen los vasos sanguíneos (angiotensina, mineralocorticoides), disfunción de la capa interna de los vasos sanguíneos llamada endotelio, rigidez vascular (de vasos sanguíneos) y fibrosis del tejido renal, lo cual produce un daño progresivo a los riñones.
Tarea de todos
No solo las personas, como individuos, son responsables de cuidar la salud de los riñones. Para los especialistas de la salud, las autoridades tienen un rol fundamental cuando se trata de promover un cuidado renal adecuado entre la población. Es imprescindible que se implementen medidas que promuevan la alimentación saludable y que, además liguen agricultura, alimentación y nutrición y salud con el objetivo de fomentar la producción sostenible de alimentos frescos, seguros y nutritivos, asegurando su oferta, diversidad y el acceso a los mismos, especialmente para los sectores más vulnerables.
En este sentido, se considera necesario establecer impuestos en pro del fomento de la alimentación saludable, regular la publicidad de productos ultraprocesados, imponer normas de etiquetado de alimentos, dar cuenta del contenido nutricional de los productos, trabajar una educación alimentaria y nutricional; y exigir alimentación escolar saludable.
Estas sugerencias se fundamentan en el Informe ECHO (The Commission on Ending Childhood Obesity) de la Organización Mundial de la Salud el cual incluye las siguientes seis recomendaciones principales para los gobiernos:
- Promover el consumo de alimentos saludables: Implementar programas integrales que promuevan el consumo de alimentos saludables y reducir la ingesta de alimentos poco saludables y bebidas azucaradas en niños y adolescentes (a través, por ejemplo, de impuestos efectivos sobre las bebidas endulzadas con azúcar y poner freno a la comercialización de alimentos poco saludables).
- Promover la actividad física: Implementar programas integrales que promuevan la actividad física y reducir el sedentarismo en niños, adolescentes y adultos.
- Antes de la concepción y durante el embarazo: Integrar y reforzar la prevención de las enfermedades no transmisibles (ENT) en la preconcepción y atención prenatal (para reducir el riesgo de la obesidad infantil mediante la prevención de bajo o alto peso al nacer, la prematuridad y otras complicaciones del embarazo).
- Dieta de la primera infancia y la actividad física: Proporcionar orientación sobre una dieta saludable, un buen dormir y la actividad física en la infancia, promocionando hábitos saludables y asegurando que los niños crezcan adecuadamente. El desarrollar hábitos saludables es posible mediante la promoción de la lactancia materna; limitar el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcar y sal; asegurar la disponibilidad de alimentos sanos y la actividad física en los entornos de la primera guardería.
- Salud, nutrición y actividad física para los niños en edad escolar: Implementar programas integrales que promuevan ambientes escolares saludables, una alfabetización en salud y nutrición, y la actividad física entre los niños y adolescentes (mediante el establecimiento de normas para las comidas en niños en edad escolar; la eliminación de la venta de alimentos poco saludables y bebidas en los colegios, e incluir la salud, la nutrición y la educación física de calidad en el plan de estudios).
- Control de peso: Promoción basada en la familia y estilos de vida saludables para los niños y jóvenes que hoy tienen gran riesgo de ser obesos.