En Chile tanto el aumento de la prevalencia de la obesidad y las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición, como los eventos del cambio climático (sequías, inundaciones y otros), son problemáticas que pueden ser abordadas por un frente común mediante la práctica de una dieta sostenible la cual es posible lograr sin dificultad en nuestro país debido a la biodiversidad ambiental, agrícola y de alimentos con que cuenta.
Por Rebecca Kanter Investigadora Postdoctorado, Unidad de Nutrición Pública, INTA – U de Chile
La dieta sostenible protege y respeta la biodiversidad y los ecosistemas, es culturalmente accesible, económicamente justa; nutricionalmente adecuada, segura y saludable y permite la optimización de los recursos naturales y humanos, según el informe Sustainable Diets And Biodiversity Directions And Solutions For Policy, Research And Action elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Biodiversity International.
Además, esta dieta tiene un bajo impacto ambiental lo que contribuye a la seguridad alimentaria, a una buena nutrición y a una vida saludable para las generaciones actuales y futuras. Para su existencia requiere de un buen sistema alimentario con alto grado de diversidad que se logra a través del ambiente, la agricultura y los alimentos en la dieta, tres áreas que en Chile están cubiertas al tener características únicas y positivas debidas a su geografía y distintos microclimas.
Por un lado está la biodiversidad de alimentos, tanto de producción agrícola como marina, disponibles a través de las ferias libres presentes a lo largo de nuestro territorio. Por otra parte, se cuenta con biodiversidad en agricultura, con sus diversos cultivos y también en acuicultura por la variedad de especies de peces y frutos del mar que nos da nuestro océano. Finalmente, Chile posee una biodiversidad ambiental por sus microclimas, los cuales están en mayor riesgo debido a las consecuencias de los cambios climáticos, principalmente, la deforestación, la erosión del suelo y la contaminación a través de sustancias químicas.
Retos para lograr una dieta sostenible en Chile
Existen cuatro dimensiones principales de la sostenibilidad de los sistemas alimentarios en nuestro país y éstas constituyen los desafíos que hoy en día se necesita enfrentar:
- Nutrición humana: Se ha visto un renacimiento de alimentos tradicionales en algunos de los restaurantes más elegantes de Chile, mientras que muchos chilenos consumen en su dieta diaria cada vez más bebidas de fantasía y alimentos industriales altamente procesados. Las bebidas de fantasía carentes de nutrientes y los alimentos industrializados de bajo precio, están ahora omnipresentes en el ambiente alimentario y forman parte de la dieta diaria “popular”; donde han sustituido la dieta tradicional del pasado. Sin embargo, es una transición de la nutrición que aún es posible revertir.
- Cultura alimentaria: Existe aún una fuerte cultura alimentaria saludable a través del consumo tradicional de frutas y vegetales frescos, pescado y legumbres, que en su conjunto constituyó la base de la nutrición “popular” por muchos siglos.
- Social: Está la necesidad de reeducar a los chilenos para valorar el conocimiento nutricional y culinario tradicional de sus ancestros en orden a asegurar dietas sustentables para sus hijos. Una idea es que los programas sociales pudieran unir organizaciones de personas de tercera edad con jóvenes para trabajar en sistemas de agricultura urbana en la comunidad pudiendo ser una forma para fomentar un respeto renovado por la Pachamama.
Económico: Las ferias libres tienen beneficios económicos importantes, ya que el producto de las ventas en una feria tradicional se distribuye de manera más uniforme entre proveedores y vendedores rurales y urbanos. Distribuir y comercializar la agricultura periurbana y urbana en ferias locales, es una oportunidad para compartir recetas y realizar actividad física, cultural, económica y nutricional, elementos necesarios para fomentar los sistemas alimentarios sustentables.
Lo que se ha hecho para avanzar por una dieta sostenible
El reconocimiento de las complejas interrelaciones entre la agricultura y la salud (también conocido como agri-salud) y la colaboración posterior entre ambas áreas no es algo nuevo, de hecho ya en 1976, los famosos investigadores en la nutrición, doctores Nevin Scrimshaw y Moises Béhar publicaron el libro Nutrition and Agricultural Development. En el caso de Chile hoy existe un creciente interés en este tema, un ejemplo, es una iniciativa de huertos urbanos lanzada por el INTA y la JUNAEB en algunas comunas metropolitanas y en la región de O’Higgins. Además, desde enero de 2017 la Cooperación Observatorio del Mercado Alimentario (CODEMA) ha estado trabajando en el documento Política Alimentaria desde la agricultura familiar campesina, la pesca artesanal, ferias libres y consumidores.
Por otro lado, desde junio de 2016, a partir de implementación de la Ley 20.606, la población chilena se ha visto enfrentada en la rotulación de alimentos envasados a unos sellos negros con forma de disco PARE que advierten la alta presencia de nutrientes críticos (grasas saturadas, azúcares, y sodio) y de calorías. Esta medida regulatoria busca informar al consumidor cuáles son los alimentos envasados no saludables y permite mediante la entrega de información alimentaria contrarrestar la creciente tasa de sobrepeso y obesidad en jóvenes y adultos en Chile.
Hoy en día hay muchos países que miran con interés a Chile respecto a esta ley, pero aún se necesitan leyes complementarias que favorezcan aumentar el consumo de lo que se debe comer. Se necesita más investigación en agri-salud, pero también una nueva mirada hacía otras políticas alimentarias en todo el mundo dentro de la docencia de postgrado y post-título. Brasil es un ejemplo de un país que tiene varias políticas dirigidas a la alimentación especialmente de baja y mediana escala vinculadas con la producción agrícola, de productores, familiares y campesinos.
Tomadas en su conjunto, las dietas sostenibles son la solución para la salud pública del presente y también del futuro.