Un aspecto crítico de abordar en Chile es lograr que la población adquiera el hábito de revisar la información nutricional. Las recomendaciones para una dieta apropiada y un estilo de vida sano.Por: Sonia Olivares, Nutricionista, Profesora Titular Universidad de Chile.
En la Declaración Mundial y Plan de Acción, firmados por 159 estados, se pidió a los gobiernos promover dietas apropiadas y estilos de vida sanos, y se indicó que cada país debía desarrollar sus propias GABA, de acuerdo a sus principales problemas de salud pública, con mensajes relevantes para personas de distinta edad, cultura y estilos de vida.Se espera que las GABA constituyan una herramienta fundamental para la educación en alimentación y nutrición, a ser usada por profesionales de salud, profesores, periodistas, extensionistas y todos los que trabajen directamente con el público. Por este motivo, presentan la información en un lenguaje y símbolos que el público puede entender fácilmente, consideran los alimentos más comunes y las conductas de las personas en cada país.La dura realidad chilena en sobrepeso y obesidad El que la población chilena presente actualmente una elevada y creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad, con cifras que superan el 50% en los niños que ingresan a primer año básico en las escuelas públicas y el 67% en la población entre 15 y más de 65 años, deja en claro que estamos enfrentando un grave problema, por su reconocida asociación con enfermedades no transmisibles (ENT) como la diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, frecuentes en el país.A esto se suma el sedentarismo (88,6% de la población adulta), el bajo consumo de frutas y verduras y un consumo de sal que representa el doble de lo recomendado por la OMS. En todos los casos, los problemas afectan a una mayor proporción de personas en los segmentos de menor nivel educacional.
Presencia del INTA en la gestación de las GABA chilenas
Las primeras GABA para la población chilena fueron publicadas el año 1997 por el Ministerio de Salud, el INTA y el Departamento de Nutrición de la Universidad de Chile, siguiendo las directrices establecidas por la OMS y la FAO en la Consulta Conjunta “Preparación y uso de guías alimentarias basadas en alimentos”, realizada en Chipre el año 1995. La difusión e implementación de las GABA en Chile no tuvo la fuerza requerida, lo que explicaría la negativa evolución de los cambios en la alimentación y el estado nutricional observados actualmente. El año 2004, la OMS publicó la Estrategia Global sobre Dieta, Actividad Física y Salud y señaló que las GABA podrían contribuir significativamente a su implementación. Se recomendó unir las guías alimentarias a las iniciativas regionales de Cinco al Día y Actividad Física, y elaborar planes de acción para apoyar su elaboración, implementación y evaluación en cada país.En ese contexto, el Departamento de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud solicitó al INTA la asesoría técnica para elaborar la “Guía para una Vida Saludable”, que incluyó Guías de alimentación, actividad física y prevención del consumo de tabaco, integrando además algunos mensajes psicosociales, con el fin de promover la salud y el bienestar de la población chilena mayor de dos años. Con el apoyo de comunicadores sociales, el INTA elaboró una propuesta que fue analizada por un grupo de expertos de distintos sectores. En la propuesta de guías alimentarias se planteó como hilo conductor la frase “Comer rico es comer sano” y cada mensaje incluyó una versión técnica y una comunicacional.La falta de adecuadas estrategias de implementación y la ausencia de evaluación de las GABA es una falencia que es imperioso superar en el futuro. Los esfuerzos que se realizan para lograr la formulación de este importante instrumento educativo, que podría contribuir a mejorar la educación y a crear conductas saludables en la población, debe ser apoyado por los organismos públicos y privados interesados en mejorar el bienestar social y disminuir los elevados costos de la epidemia de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta que afecta a nuestro país. El año 2012, el Ministerio de Salud publicó una licitación para revisar y actualizar las GABA, solicitando colocar el énfasis en la energía y los nutrientes críticos (grasas saturadas, azúcar y sal/sodio), de acuerdo a las necesidades de la situación epidemiológica actual. La licitación fue adjudicada al INTA de la Universidad de Chile, que trabajó en coordinación con el Departamento de Nutrición y Alimentos del MINSAL.
GABA 2013: 11 Mensajes para Chile
El proceso para la formulación y validación de las nuevas GABA incluyó la formación de un equipo técnico; una consulta con un grupo de expertos, que incluyó a representantes de la FAO, JUNAEB, JUNJI, Servicios de Salud y Universidades; un estudio cuali cuantitativo con 48 grupos focales de escolares de 8 a 12 años, adolescentes de 17 a 19 años, adultos de 20 a 60 años y adultos mayores, de distinto sexo y nivel socioeconómico (NSE), en una ciudad del norte (Arica), centro (Santiago) y sur (Chillán-Concepción) del país (16 grupos por región); un Panel Intersectorial de Expertos y 2 grupos focales finales de adultos, uno de los cuales se realizó con comunicadores sociales y otro con consumidores de Santiago. Las nuevas GABA incluyen 11 mensajes, que consideran el actual perfil epidemiológico de la población chilena y las últimas recomendaciones internacionales sobre alimentación y actividad física de la OMS, la FAO, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos y la revisión de las GABA de 24 países de los 5 continentes. A continuación se presentan los 11 mensajes, aprobados por el Ministerio de Salud, y publicados como Resolución Exenta Nº 260, publicada el 16 de mayo de 2013. Se agrega una breve explicación de cada mensaje:
1. Para tener un peso saludable, come sano y realiza actividad física diariamente.
Mantener el peso que nos corresponde de acuerdo a nuestra estatura y sexo durante toda la vida es un aspecto mundialmente reconocido como esencial para la prevenir las ENT. ¿Cómo lograrlo? Comiendo sano y realizando actividad física diariamente. Ambos aspectos son complementarios e igualmente importantes para mantener un buen estado de salud. Así, aunque una persona se alimente en forma saludable, si es sedentaria, igual va a tener un riesgo aumentado de presentar ENT. La actividad física es actualmente considerada un factor de riesgo independiente; sin embargo, si la persona realiza la actividad física diaria recomendada, va a tener un mayor riesgo de enfermar si su alimentación incluye un exceso de calorías, grasas saturadas, azúcares o sal/sodio.Estados Unidos, uno de los países pioneros en la formulación de guías alimentarias, las que actualiza cada 5 años, en su versión del año 2010 plantea un énfasis en los mensajes referidos al balance energético y la mantención del peso corporal; en los alimentos de alta densidad energética y alto contenido de grasas saturadas, azúcar y sodio que sería necesario reducir; en los alimentos que sería necesario aumentar en grupos específicos; y en ayudar a su población a hacer elecciones saludables, entre las que destacan la alimentación, la actividad física y las conductas para el control del peso.
2 Pasa menos tiempo frente al computador o la tele y camina a paso rápido, mínimo 30 minutos al día.
La actividad física que cada persona realice diariamente afectará los depósitos de grasa en sus células, cuando los alimentos que consume aportan una cantidad de calorías superior a las que gasta. El aumento en los depósitos de grasa, mantenidos en el tiempo,afectará el funcionamiento de órganos vitales como hígado, corazón y páncreas, comprometiendo las funciones de cada uno de ellos. El exceso de grasa intramuscular ha sido relacionado con la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico, los que afectan a una alta proporción de adultos y niños chilenos.Los beneficios de caminar a paso rápido durante al menos 30 minutos diarios, incluso distribuidos en 2 o 3 caminatas de 15 o 10 minutos, respectivamente, se traducen en un aumento de la utilización de las grasas almacenadas como sustrato energético; el fortalecimiento del sistema respiratorio; el aumento del tono muscular y la disminución del porcentaje de grasa corporal. Los niños requieren realizar entre 60 y 90 minutos diarios de juegos activos o deportes. Los padres juegan un rol relevante incentivando estos hábitos en sus hijos desde la más temprana edad.
Un aspecto crítico de abordar en Chile es lograr que la población adquiera el hábito de revisar la información nutricional en la etiqueta de los alimentos e incentivar la selección de los que contienen menos grasas saturadas, azúcar y sodio.
Reconociendo que las costumbres de gran parte de los chilenos son sedentarias; con muchas horas mirando televisión, trabajando o jugando, en internet o con sus celulares inteligentes, es necesario tener presente que parar por un corto período para realizar una caminata rápida de media hora en los adultos y una hora en los niños, contribuirá a mejorar el bienestar, ayudando a controlar el peso, la apariencia física y a dormir mejor.
3. Come alimentos con poca sal y saca el salero de la mesa.
Los mensajes que recomiendan disminuir el consumo de sal y sodio se encuentran en las GABA de todos los países. En Chile, el consumo de sal es más del doble del recomendado (5 g/día), lo que se debe al cada vez mayor consumo de productos procesados que contienen sal o aditivos con sodio. Si bien el sodio es un nutriente esencial, debe estar presente en pequeña cantidad en nuestra alimentación diaria (no más 1.500 mg/día para los niños o 2.000 mg/día para los adultos con una dieta de 2.000 calorías).Es importante que la población seleccione y consuma alimentos con un menor contenido de sal/sodio, disminuyendo los riesgos de hipertensión, que se asocian a enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas, causantes de discapacidad y muerte prematura. Para ello, todos necesitamos aprender a interpretar correctamentela información nutricional en las etiquetas de los alimentos procesados, y acostumbrarnos a revisarlas para seleccionar los que tienen menos sodio. En el caso de los alimentos que se venden a granel, elegir los que tienen menos sal. Sacar el salero de la mesa puede ayudarnos a dejar la costumbre de agregar sal a los alimentos antes de probarlos.
4. Si quieres tener un peso saludable, evita el azúcar, dulces, bebidas y jugos azucarados.
La OMS considera a los azúcares agregados a los alimentos entre los nutrientes críticos, porque su exceso se asocia a obesidad, síndrome metabólico, diabetes y enfermedades cardiovasculares (ECV). Se debe privilegiar el consumo de azúcares de los alimentos que los contienen en forma natural, tales como frutas, verduras y lácteos. La OMS señala, además, que la ingesta de bebidas y jugos azucarados es una de las principales causas de obesidad, principalmente en los niños.Esto se debe a que el azúcar consumido en líquidos, tiene una rápida absorción y un bajo poder de saciedad, lo que aumenta el riesgo de obesidad infantil, con permanente tendencia al aumento en nuestro país.La alta concentración de azúcar utilizada por la industria en los alimentos para niños (leches, cereales, snacks), representa una preocupación por el alto consumo de alimentos procesados que caracteriza nuestra alimentación actualmente. La colaboración de los padres es indispensable para lograr disminuir los altos consumos de azúcar en alimentos y bebidas o de fructosa en los productos Light (néctares y mermeladas), desarrollando mejores hábitos en sus hijos.
5. Cuida tu corazón evitando las frituras y alimentos con grasas como cecinas y mayonesa.
El efecto del elevado consumo de grasas saturadas, aportadas por las cecinas, embutidos, carnes grasas, es reconocido como el principal factor de riesgo del aumento en los niveles de colesterol en la sangre, a su vez causante de enfermedades cardiovasculares. Para lograr una reducción del consumo, resulta esencial educar a la población sobre los riesgos que representan las frituras, los alimentos altos en grasas como los citados, más los snacks, de muy alto consumo en el país.La mayonesa representa un ingrediente que los niños chilenos agregan a muchos alimentos de consumo habitual, como arroz, papas, completos y otros comprados en la calle, de allí la necesidad de incluirla en el mensaje. Es indispensable realizar campañas educativas para lograr que las personas aprendan a leer las etiquetas de los alimentos y a identificar los alimentos ricos en grasa “no visible”, probablemente la principal fuente de consumo excesivo.
6. Consume 5 veces verduras y frutas frescas de distintos colores, cada día.
Existe evidencia científica internacional convincente sobre la relación entre el alto consumo de verduras y frutas y la prevención de la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y cáncer. La OMS recomienda consumir al menos 400 g o 5 porciones al día. El año 2009, en Chile sólo el 15,7% de la población cumplía con esta recomendación, a pesar de los esfuerzos para la promoción del consumo que realiza el Programa 5 al Día Chile. En países como Estados Unidos y Canadá la recomendación ha aumentado a 8 o 9 porciones al día, para recibir los beneficiosos efectos de la fibra, vitaminas, minerales y compuestos con efecto antioxidante que aportan las verduras y frutas. En estudios sobre las motivaciones y barreras para comer verduras y frutas percibidos por estudiantes universitarios, madres de preescolares, escolares y profesores de enseñanza básica, destacan que les gustan, y reconocen su importancia para “perder peso”, “estar en forma” o “mantener el peso”. Llama la atención que las campañas educativas o de promoción no apunten a esas motivaciones, indicativas de que la población reconoce el bajo aporte calórico de las verduras y frutas. Entre las barreras, llaman la atención “se me olvida comerlas”, “me da flojera prepararlas” o “son difíciles de llevar al trabajo o estudio”. Esto apunta a la falta de oferta de ensaladas de verduras o frutas en formato individual, atractivas y a costos razonables en los lugares de trabajo, estudio y recreación. Esto facilitaría la incorporación del hábito de comer frutas y verduras en los consumidores chilenos.
7. Para fortalecer tus huesos, consume 3 veces al día lácteos bajos en grasa y azúcar.
Además de su importante aporte a la nutrición de calcio, los productos lácteos aportan proteínas de alto valor biológico y vitaminas del complejo B. Un estudio de seguimiento de 5.209 personas de 45 a 84 años entre los años 2000 y 2010, realizado por el Estudio Multiétnico de Ateroesclerosis (Oliveira M et al. Am J Clin Nutr 2012; 96: 397-404), en los que se analizó la incidencia de ECV ocasionada por distintas fuentes de grasas saturadas, encontró que la ingesta de productos lácteos altos en grasas se asociaba a un bajo riesgo cardiovascular, situación opuesta al aumento de las ECV producida por las grasas de las carnes. Por lo tanto, la recomendación de consumir lácteos bajos en grasa se asocia más bien a la necesidad de disminuir el consumo de calorías, dada la prevalencia de sobrepeso y obesidad en el país.El actual consumo de productos lácteos es inferior al 40% de lo recomendado en prácticamente todos los grupos de edad. Especialmente preocupante resulta la brusca disminución del consumo en niñas de NSE medio bajo desde los 12 años de edad.Considerando la amplia y variada oferta de productos lácteos con exceso de azúcar existente en el mercado nacional, esta recomendación enfatiza la necesidad de que los consumidores prefieran los productos bajos en grasas y azúcar.
8. Para mantener sano tu corazón, come pescado al horno o a la plancha, 2 veces por semana.
Además de su importante aporte en proteínas de alto valor biológico, hierro y zinc, el consumo de pescado, en especial los de alto contenido graso, como jurel, sardina o salmón, entre otros, es prácticamente irreemplazable para cubrir las necesidades de los ácidos grasos del tipo omega 3, EPA y DHA, los cuales tienen importantes funciones en la prevención de las enfermedades cardiovasculares y el desarrollo del sistema nervioso. Toda la población, y en forma muy especial las embarazadas, deberían comer 2 veces por semana este tipo de pescados, preparado en forma saludable, cocido o al horno, evitando las frituras.Con este mensaje, se pretende fomentar el consumo de pescado en nuestro país, extremadamente bajo en la actualidad, a pesar de los más de 4.000 km de costa. La escasa disponibilidad y elevado precio de este producto constituyen factores limitantes, además de la falta de creatividad para prepararlo.
9. Consume legumbres al menos dos veces por semana, sin mezclarlas con cecinas.
Porotos, garbanzos, lentejas y arvejas tienen un alto aporte de proteínas, que aumentan su biodisponibilidad (utilización en nuestro organismo), cuando se consumen con cereales, como arroz, fideos u otros. Aportan también fibra, vitaminas y minerales.El consumo de leguminosas es muy bajo en el país, lo que justifica su promoción a través de las guías alimentarias. Las leguminosas están quedando fuera de la alimentación habitual, por el tiempo que requiere su preparación y porque tienen un bajo prestigio social. Cuando estos alimentos están presentes en la alimentación institucional, hemos observado una buena aceptación por los niños, por ejemplo en el Programa de Alimentación Escolar. En algunos estudios, hemos encontrado que las madres señalan que no las preparan porque a los niños no les gustan. Este mensaje intenta promover el aumento de su consumo en los hogares, enfatizando que no es necesario agregarles cecinas o embutidos, que sólo añaden calorías y grasas saturadas dañinas para la salud.
10. Para mantenerte hidratado, toma 6 a 8 vasos de agua al día.
Tomar una cantidad abundante de agua potable al día es indispensable para mantener la temperatura corporal y el equilibrio hidroelectrolítico. Chile cuenta con agua potable en prácticamente todas las regiones del país, por lo que es posible recomendar su consumo como tal. Actualmente, en los hábitos alimentarios de los chilenos de todas las edades, en especial los niños y jóvenes, se ha incorporado con gran fuerza el consumo de bebidas azucaradas y néctares, incluyendo los Light, que contienen importantes cantidades de fructosa agregada, con negativos efectos sobre la salud. Este tipo de productos, además de agregar gran cantidad de calorías por la cantidad en la que se consumen, al ser líquidos, tienen el doble efecto de producir una rápida absorción de los azúcares que contienen y un bajo poder de saciedad, razones por las cuales aumentan el riesgo de sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico.
11. Lee y compara las etiquetas de los alimentos y prefiere los que tengan menos grasas, azúcar y sal (sodio).
Un aspecto crítico de abordar en Chile es lograr que la población adquiera el hábito de revisar la información nutricional en la etiqueta de los alimentos e incentivar la selección de los que contienen menos grasas saturadas, azúcar y sodio. Si bien la etiqueta sólo es obligatoria para los alimentos que se venden envasados, la información nutricional que incluyen podría ser de gran utilidad para los consumidores, si éstos se acostumbran a leerlas y las interpretan correctamente. Muchos alimentos procesados aportan una gran cantidad de calorías y nutrientes críticos como grasas saturadas, azúcar y sodio (sal) en pequeños volúmenes, por lo que si los consumidores no leen la información nutricional, probablemente estarán consumiendo mayor cantidad de calorías o nutrientes críticos de lo que creen. Se sugiere revisar el tamaño de la porción que aparece en la etiqueta, generalmente más pequeño de lo que imaginamos.Aprender a leer las etiquetas permite comparar y seleccionar los alimentos con un menor aporte de calorías, grasas saturadas, azúcar y sodio. El que este mensaje esté incluido en las Guías Alimentarias puede motivar a la población a utilizar el etiquetado nutricional como una herramienta esencial para seleccionar alimentos más sanos.
Comentarios finales
Los niños de 8 a 12 años participantes en los grupos focales para validar las GABA actuales, emitieron un juicio muy crítico respecto a la posibilidad de disminuir el consumo de grasas, azúcar y sal, señalando: “los adultos son los responsables, ellos acostumbran a los niños a comer los alimentos con mucha grasa, azúcar y sal”. Lo verdadero y razonable de su juicio lleva a pensar que si bien muchos padres, siguiendo las instrucciones de su pediatra, no utilizan sal o azúcar en las comidas del niño hasta el año de edad, parecen olvidar esto a partir del primer cumpleaños, cuando el niño prueba sus primeras papas fritas y bebidas con azúcar, cuyos sabores le fascinan. De allí en adelante, muchos padres parecen perder el control sobre el consumo de grasas, azúcar y sal en sus hijos pequeños, en una etapa en la se definen sus hábitos futuros.Es muy importante recordar que la implementación de los mensajes de las GABA sólo tendrá éxito en un ambiente que facilite a la población lograr los cambios sugeridos.En este ambiente, el hogar juega un papel fundamental, en especial considerando la tremenda competencia que significa la publicidad de alimentos procesados, además de todas las estrategias de marketing usadas en los puntos de venta y todos los lugares a los que concurren los niños.