Eliminar los kioscos es una medida ideal para mejorar la alimentación saludable y poder educar en cambio de hábitos en las escuelas, lo que requiere de una decisión política del Ministerio de Educación para financiar gastos menores en las escuelas y evitar el mercado negro de snacks que podría producirse.
Por Dr. Fernando Vio del Rio, Profesor Titular INTA – Universidad de Chile
Con la aplicación de la Ley del Etiquetado, la mayoría de los productos procesados quedaron con etiqueta negra y no podrán venderse en los colegios, lo que hace necesario cambiarlos por alimentos saludables. Pero la pregunta es ¿son necesarios los kioscos escolares?
Los kioscos en las escuelas comenzaron a aparecer en la década del 90 con el aumento del ingreso, la venta de alimentos procesados y la entrega de dinero a los hijos para comprar snacks en los recreos, en vez de enviar colación desde la casa. Con ello, los niños se habituaron al consumo de alimentos no saludables, lo que ha contribuido a incrementar la obesidad infantil.
Por lo tanto, su aparición no se debió a necesidades nutricionales, cubiertas por los desayunos y almuerzos de JUNAEB, que reciben más de 2.000.000 de niños en todo el país, con lo cual no se justifica comer algo entre el desayuno a las 9 AM y el almuerzo entre las 12 AM y 1 PM. Actualmente muchos colegios funcionan sin kioscos, y no se han visto afectados ni en lo académico ni en aspectos extracurriculares. Por último, si algún niño tuviese hambre entre las comidas, nadie le impide llevar una colación saludable desde su casa.
En un estudio reciente de un proyecto Fondecyt realizado en el INTA, se consultó a expertos en nutrición, educación y gastronomía si consideraban necesarios los kioscos en los colegios. Hubo un alto consenso en suprimir el kiosco o lugares de venta en el colegio y sus alrededores. Entonces, ¿por qué se han mantenido en el tiempo y aparecen como tan necesarios?
Simplemente porque los padres dan dinero diariamente a sus hijos para gastar en golosinas, lo que constituye un buen negocio para el que vende, pero también para el colegio, que recibe un arriendo que constituye la “caja chica” para financiar gastos menores.
Además, la existencia del kiosco interfiere con la educación en hábitos de alimentación saludable que se pueda hacer en las escuelas, porque se produce una incongruencia entre lo que se enseña en clase y lo que compran cuando salen a recreo. Sucede lo mismo cuando se da una conferencia sobre alimentación saludable y en el café se ofrecen sólo alimentos ricos en grasas, azúcar y sal.
Eliminar los kioscos es una medida ideal para mejorar la alimentación saludable y poder educar en cambio de hábitos en las escuelas, lo que requiere de una decisión política del Ministerio de Educación para financiar gastos menores en las escuelas y evitar el mercado negro de snacks que podría producirse. Además, es fundamental suprimir la venta de alimentos no saludables en el exterior de los colegios, lo cual depende de los municipios, que lo puede hacer mediante una ordenanza municipal. Para que esto sea posible, también es necesario lograr el compromiso de las familias, ya que lo peor que puede pasar es que la comida no saludable pase del kiosco a las mochilas y el consumo siga igual o aumente.
La Ley del Etiquetado es una excelente oportunidad para terminar con la venta de productos procesados al interior de los colegios, eliminando los puntos de venta o reemplazarlos por colaciones saludables o entrega de frutas en los recreos. Esto último se está haciendo en el Programa Colación Bakán de la Corporación 5 al día en las comunas de María Pinto y Curacaví y en los kioscos verdes de Lo Valledor, en Pedro Aguirre Cerda.
En conjunto con la educación nutricional y la actividad física, la entrega de frutas en los recreos se ha demostrado como una de las estrategias más efectivas para combatir la obesidad infantil.